En principio, la función principal de un agente inmobiliario es la de actuar como intermediario en la compra, venta o alquiler de un inmueble. Por lo tanto, actúa como un buscador de inmuebles para el comprador y un cliente para el vendedor. Actúa como un negociador, facilitando la comunicación entre las partes y, sobre todo, trabaja como consultor para ayudar a las partes a identificar sus necesidades y complementar su transacción inmobiliaria de manera satisfactoria.
El agente inmobiliario está ligado por una obligación estricta de
lealtad a sus clientes, el tiene que promover los intereses y
proteger los derechos de ellos. Debe actuar con justicia hacia todas
las partes en una transacción inmobiliaria.
Si su agente inmobiliario tiene una conexión personal con la otra
parte o si actua por cuenta propia, el debe informarle antes de
firmar el contrato de compraventa.
Del mismo modo, si su corredor o agente inmobiliario debe recibir un
pago de una institución financiera o un profesional que el les ha
recomendado, también deberá informar por escrito.
El agente inmobiliario debe asesorar e informar a las partes en una
transacción con objetividad y dar todas las explicaciones necesarias
para la comprensión y la valoración de los servicios que presta.
También debe informar a las partes de cualquier factor que pueda
afectar negativamente el tema de la transacción.
El agente inmobiliario también debe ser capaz de demostrar la
exactitud de la información que proporciona a través de la
documentación pertinente. Este principio de la verificación de la
información deben ser respetado en todo el proceso de venta debido a
que el agente es responsable de la
información que difunde.
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